La pasada nochebuena no fué tan entrañable como las anteriores. Las dificultades económicas, inmiscuídas una vez más en nuestras vidas (y en este blog), han entristecido las cenas familiares de demasiados hogares y, en España, incluso el discurso del rey ha sido más emotivo. Juan Carlos I de Borbón se dirigió, desde todas las cadenas y en directo, a las familias españolas con «especial preocupación por las personas que se han quedado sin empleo» y haciendo referencia varias veces a la «crisis». El monólogo real de este año ha sido profundo, pero nada honesto.
Don Juan Carlos, pronunciando el discurso navideño
Al día siguiente, día de navidad, las opiniones de los principales representantes políticos y los vox populi recogidos por los medios reflejaban una conciencia generalizada: el Rey ha sabido expresar la preocupante situación y ha sabido invitarnos a «tirar todos del carro en la misma dirección». Paradójicamente, el rey y la Casa Real son un gran lastre para ese carro del que todos debemos tirar. No quiero caer en fáciles acusaciones anti-monárquicas, pretendo atacar directamente la osadía del derroche de Sus Majestades y de las mentiras del gobierno y la clase política, que nos ocultan y desinforman sobre el gran coste que nos supone tener a alguien que nos diga unas palabras el dia de nochebuena.
Tirar del carro… o subirse a él?
Los Presupuestos Generales del Estado, aprobados el pasado día 22 de diciembre, destinarán 8,9 millones de euros al «sostenimiento de la familia real y su casa», aunque en realidad no es una casa, son varias mansiones. No aparecen más explicaciones sobre este gasto, ya que la Constitución expone que «El Rey recibe de los Presupuestos del Estado una cantidad global para el sostenimiento de su familia y Casa, y distribuye libremente la misma«. Este dinero se ha incrementado un 2,7% en comparación con el año 2008, todo un ejemplo de S.A.R. sobre cómo tirar del carro. Y como ya he dicho que pretendo lanzar un ataque, sin tapujos, quiero denunciar también la opacidad de estos presupuestos en cuanto a la distribución de este dinero. Dinero que, por otra parte, suena a poco en euros, pero que asusta en pesetas: algo más de 1.480 millones.
Todo este caudal de dinero que, sin duda, ayudaría muchísimo a crear puestos de trabajo, reducir las listas de espera de la seguridad social, dar de comer al sintecho o, qué leche, a subir la moral del sector financiero en último caso, caerá en los bolsillos cuatro acaudalados nobles de nuestro país. ¿No es irónico? El rey podría comprar una camada de doscientos perros-lobo, o una flota de Hammer con los que tirar del carro si quisiese. Pero es mejor dar el consejo, parecer preocupado y ser próximo a los ciudadanos mediante palabras que sirven para nada o para muy poco. Este invierno seguro que ahogan sus penas en La Zarzuela o en Kandanchú.
Opacidad y desinformación
El «sostenimiento de la familia» incluye, por supuesto, a todos los hijos e hijas de los reyes (ambos incluídos), esposas, maridos, nietos y mascotas. Mi padre también me daba paga cuando era pequeño, pero cuando tuve edad para buscarme la vida en trabajos esclavizadores y fatal remunerados (como es normal cuando se es jóven y estudiante), dejó de pagarme los cromos y las coca-colas del fin de semana. En la casa real no pasa igual, pero claro, son de sangre azul: las infantas poseen un trabajo de excelente posición (e inmejorable remuneración), en las compañías Mapfre y La Caixa, pero no han dejado de cobrar la paga de papá, que es parte esos 1.480 millones o más de pesetas que el Estado les da a partir de nuestros impuestos. ¿Dónde está aquí la preocupación del rey cuando los parados, hoy, tienen que esperar seis meses para cobrar su cotización a causa del déficit en las cuentas?
Más dinero: además de la cantidad ya mencionada, el Ministerio de Admistraciones públicas destinó en 2008 un total de 19,28 millones de euros para «la conservación de los bienes al uso y servicio del Rey y de los miembros de la Real Familia para el ejercicio de la alta representación”; es decir, al mantenimiento de los palacios (que son parte del Patrimonio Nacional), y el personal administrativo de los mismos hay que sumar los gastos médicos (como la operación de la refinada nariz de Doña Letizia Ortiz) , y la seguridad de cada miembro de la familia, las cenas de gala y recepciones, etc. Todo esto porque son considerados como parte de la «Administración Pública» y sus bienes, aunque privados, son sustentados por la partida que destina el Patrimonio Nacional todos los años (para el próximo, los P.G.E. destinarán 17,3 millones). Me parece perfecto. Este verano le voy a pedir el Bribón al rey, que sin saberlo, es de todos.
Los Príncipes de Asturias en los JJ.OO. de Pekín
Aún más dinero: Los viajes del príncipe Felipe y su esposa (este año consiguieron entradas para la final de la Eurocopa y los Juegos Olímpicos, qué suerte), son sufragados por el Ministerio de Asunsntos Exteriores. Este año han sido 21 (los viajes), habiéndose incrementado el gasto previsto en unos 385.000 euros. En fín… yo ya me he perdido. Si alguien tiene fuerzas y ganas, que coja una calculadora y sume. Pero por favor, empujad, que el carro pesa.
Fuentes:
http://blogs.20minutos.es/rosyrunrun/post/2008/10/02/a-casa-real-suben-sueldo-al-resto-nos-congelan
http://www.publico.es/espana/160475/dinero/casa/real/sufre/congelacion
http://www.minutodigital.com/actualidad2/2008/09/30/mas-dinero-para-la-casa-real/
http://blogs.periodistadigital.com/electroduende.php/2007/04/29/electrolector
http://www.reyesyprincesas.com/espana/sueldo-familia-real-espana/
http://www.20minutos.es/noticia/416577/0/cuentas/casa/real/
http://www.elpais.com/articulo/espana/discurso/Rey/elpepuesp/20071224elpepunac_7/Tes
Fuera de Agenda 